La noche está despejada

La dinámica era simple: abrir la caja cuando sintiera la necesidad de hacerlo, comerme los dulces y galletas que estaban en su interior y leer las notas, las de estrella en las noches y las de corazón durante el día.

Esta dinámica, aunque corta en el tiempo, ha coincidido de manera mágica con el cambio de estación. Esta es la época del año en que se guardan los shorts y salen los sacos y los abrigos. Coincide con una de las épocas mas lindas de Stgo, la estación que a este autor le gusta más, así como la más melancólica metáfora del cambio de hojas de los árboles: morir para volver a dar vida.

La tarjeta de hoy hace referencia al cielo y a la luna.

Al leerla, su autora menciona que ya no ve la luna ni las estrellas esperando pedir deseos, pero si hablando con Dios. Yo creo que es lo mismo; al final, ¿no está Dios en todas las cosas?

Además, trae una tarea: ver el cielo en su inmensidad, con las estrellas del sur y la luna que nos ilumina. Y es esa luna, esa luna radiante que nos ilumina, la que tengo que ver; pensando en que un día, podremos verla juntos, uno al lado del otro.

Ver la luna hace que: aún estando lejos, no lo estemos tanto. Y aunque vea la luna, le pido a Dios (o a la luna) que renueve las hojas que deben caer, por hojas que nos hagan florecer, aún más, estando juntos.

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